La UTE Rover y Gévora se adjudica la construcción del primer tramo de la nueva autovía de Cáceres a Badajoz
- El tramo, de 13,5 kilómetros, contará con dos enlaces, nueve pasos superiores, uno inferior y dos viaductos
- Supone una inversión de más de 78 millones de euros
La Subdirección General de Construcción de la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), ha adjudicado a la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Rover y Gévora el contrato de obras de construcción del primer tramo de la nueva autovía que conectará Cáceres con Badajoz (Autovía A-58. Trujillo-Cáceres-Badajoz. Tramo A-66 – Río Ayuela. Provincia de Cáceres). Se trata del primer tramo de la continuación de la autovía A-58, que actualmente une Trujillo y Cáceres, y supone una inversión de más de 78 millones de euros.
El nuevo tramo, de 13,5 kilómetros, nace en el sur de Cáceres, en la glorieta de la N-523 que da acceso al barrio de Aldea Moret, enlaza con la A-66 (Autovía Ruta de La Plata) y concluye al llegar al río Ayuela.
Los trabajos de la UTE, que cuentan con un plazo de ejecución de 40 meses y comenzarán este año, consistirán en la conversión en autovía (A-58) de un tramo prácticamente paralelo al de la actual carretera N-523 (antigua Ex 100 autonómica, cedida en su día por la Junta al entonces Ministerio de Fomento). El trazado discurre de noreste a suroeste y cruza el río Salor.
Se trata de un tramo que se desarrolla por los llanos de Cáceres al oeste de la N-523, fuera de núcleos urbanos y con escasa pendiente. Contará con dos enlaces, el citado con la A-66 en el punto kilométrico (PK) 1+400, del tipo trébol, y otro con un vial de servicio de 500 metros que conectará con la N-523 en el PK 6+200 mediante una glorieta.
Asimismo, el proyecto contempla la construcción de un total de doce estructuras: nueve pasos superiores, dos viaductos (sobre la A-66 y el río Salor) y un paso inferior.
Por otro lado, en el proyecto de construcción se prevé la reposición de servicios afectados, obras de drenaje y otras obras complementarias, como por ejemplo una canalización para fibra óptica. Asimismo, se estima que será necesario mover más de dos millones de m3 en tierras, excavación y relleno.