Equilibrio, respeto y largo plazo definen a la empresa sostenible

Valencia, 18/09/23. Los cambios en los patrones de consumo, la regulación y la percepción de los grupos de interés están impulsando cada vez más la inversión sostenible, sumando a los criterios financieros las preocupaciones ambientales, sociales y de buen gobierno. La sostenibilidad es un gran activo de competitividad para las empresas, en la actualidad y a futuro, y hace aflorar nuevas oportunidades de negocio. Es, sin duda, una oportunidad, pero se debe garantizar el cumplimiento de las normativas a toda la industria para evitar que se convierta en una desventaja competitiva a nivel global.

Estas son algunas de las conclusiones del Taller de Sostenibilidad de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) y la Fundación para la Ética de los Negocios y las Organizaciones (Étnor), recogidas en el informe Avanzando hacia una sociedad más sostenible: el papel de los empresarios hecho público hoy en la jornada de presentación de las conclusiones del taller.

Agnès Noguera, consejera delegada de Libertas 7 y vicepresidenta de AVE ha dado la bienvenida a los asistentes destacando que “avanzar hacia una sociedad más sostenible es responsabilidad de todos, pero especialmente de los empresarios, que podemos y debemos contribuir a conseguirlo con nuestra acción diaria y ejemplo”.

 

Equilibrio, valores y largo plazo

Jesús Conill, catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universitat de Valencià y también vocal de la ejecutiva de Étnor, ha sido el encargado de exponer las conclusiones del Taller de Sostenibilidad en el que han participado profesionales y empresarios de la Comunitat Valenciana y de España. La “ingente” información que deriva de las muchas normativas y cambios legislativos derivados de la apuesta europea por la sostenibilidad no es fácil de asimilar y gestionar en las empresas, sobre todo en las pymes.  La sostenibilidad, además, requiere importantes inversiones en tecnología (en IA y renovables, por ejemplo) y sus calendarios son muy exigentes. “La tensión entre la inversión a corto plazo y las posibles expectativas de beneficio económico y rentabilidad social a largo plazo constituye un reto importante”, concluye en el informe.

Un aspecto decisivo, apunta Conill, es el papel del consumidor hacia una sociedad más sostenible a través de sus hábitos de consumo. Cada vez más comprometido con el presente y el futuro del planeta, el consumidor se pregunta qué hay detrás de la empresa, qué hace y cuáles son sus valores y principios, y, en este aspecto, la información juega un papel fundamental. Por ello, la estrategia básica de una empresa sostenible consiste en lograr un “equilibrio” entre los diversos aspectos de la sostenibilidad y la rentabilidad, priorizando el largo plazo y compitiendo por valores, dado que el consumidor elige por valor y no únicamente por precio. Este equilibro, los valores y el largo plazo definen la empresa sostenible.

Mayor inversión en sostenibilidad

El informe Avanzando hacia una sociedad más sostenible: el papel de los empresarios recoge asimismo los resultados del IX Informe del impacto social de empresas y del Informe de Deloitte sobre sostenibilidad 2023 según CxO (líderes empresariales) que han sido expuestos por José Antonio Jiménez Director de Sostenibilidad y Cambio Climático de Risk Advisory en Deloitte.

Según estos datos, el 80% de las empresas participantes consideran los ODS para el desarrollo de su estrategia de sostenibilidad y el 71% de ellas estiman que el ODS 8 “Trabajo decente y crecimiento económico” es el más prioritario, seguido del ODS 13 “Acción por el clima” (60% de las empresas).

En lo que se refiere a los retos globales de las empresas en cuanto a la sostenibilidad, Jiménez apunta que “el éxito empresarial y la aportación positiva en la sociedad no son excluyentes sino más bien interdependientes e indispensables para ese futuro sostenible que requiere una consideración constante de las consecuencias de nuestras acciones”.

El papel de las empresas

Miguel Juan, socio director de S2 Grupo, ha moderado la mesa de debate en la que han participado Héctor Dominguis, CEO de GDES; Violeta González, Com&In Manager Home Furnishing & Retail Design Spain IKEA Valencia y Françoise de Valera, cofundadora y CEO de Pack2Earth.

Durante el diálogo, los tres participantes han coincidido en que la sostenibilidad forma parte de la estrategia global de la empresa. En el caso de IKEA, Violeta González se ha referido al compromiso de la organización con la sostenibilidad: “Queremos generar un impacto positivo en las personas y el planeta, por eso tenemos una firme apuesta por la sostenibilidad que forma parte del ADN de nuestra compañía desde su fundación hace ocho décadas y que está presente en todo lo que hacemos, desde el propio diseño de nuestros productos, a nuestras decisiones de negocio o nuestros proyectos de expansión, por ejemplo desde su mismo planteamiento. La sostenibilidad es incuestionable en IKEA”.

Por parte de GDES, Héctor Dominguis ha expuesto que hay una relación muy directa entre el consumo energético y el estado del medio ambiente. “Realizamos un giro conceptual de la empresa en sostenibilidad y en todas las acciones del grupo. Desde inversiones hasta nuestro trabajo diario, están orientadas a los cuatro océanos azules que nos hemos marcado: descarbonización, eficiencia energética, optimización de procesos y economía circular”.

Y Françoise de Valera ha compartido que “en Pack2Earth, tenemos claro que la forma más rápida de agilizar la transición hacia soluciones más saludables y sostenibles es hacer que sean económicamente atractivas; es decir que ayuden a las empresas a incrementar su cuota de mercado y sus beneficios. La innovación, energía y rapidez de reacción de startups como Pack2Earth, complementa a la experiencia, la posición de mercado y a los recursos de las grandes corporaciones, para así agilizar la construcción, entre todos, de una economia de cambio positivo».

Por último, Enrique Silla, fundador y CEO de Jeanología, empresa fundada en 1993 y hoy líder mundial con su misión de crear una industria textil ética, sostenible y ecoeficiente, ha destacado en su intervención que “tenemos todos el pensamiento que ser sostenible es más caro. Eso no es verdad. Es más, cuidar el planeta y cuidar de las personas siempre genera valor para los accionistas”.

En la clausura de la jornada, el presidente de Étnor, Pedro Coca, ha destacado el cambio de paradigma que ha supuesto incorporar la sostenibilidad en la ecuación de la empresa y el convencimiento de que la sostenibilidad es una inversión imprescindible de futuro del planeta.

Decálogo de conclusiones

  1. Avanzar hacia una sociedad más sostenible es responsabilidad de todos, especialmente de los empresarios, que pueden y deben contribuir a conseguirlo con su acción diaria
  2. Las empresas deben tener la sostenibilidad (medioambiental, social y económica) incorporada en su estrategia.
  3. El consumidor tiene un rol importante en el camino hacia una sociedad más sostenible, a través de sus hábitos de consumo.
  4. Los agentes sociales tienen un papel determinante para concienciar a la sociedad
  5. Ante el reto regulatorio, la velocidad de la normativa puede ser una amenaza para las pequeñas y medianas empresas
  6. La “agenda” tiene que estar acompañada de unas reglas que regulen y aseguren el comportamiento de todos los implicados por igual (no perder competitividad).
  7. Una empresa sostenible atrae y retiene talento
  8. Se puede abordar la sostenibilidad por convencimiento o por conveniencia, pero evitemos el ESGwashing
  9. La innovación contribuye decisivamente a los objetivos de sostenibilidad
  10. Intentamos hacer mayor bien, en lugar de conformarnos con el mal menor.

 

Javier Gomá clausura el XXXII Seminario Étnor. “No hay contrapoder comparable a una ciudadanía ilustrada”

Javier Gomá, filósofo, dramaturgo y director de la Fundación Juan March, clausuró ayer el XXXII Seminario Permanente de Ética Económica y Empresarial de Étnor que en la edición 2022-2023 ha llevado por título “Valores humanistas para el siglo XXI: un reto también para las empresas”.

Adela Cortina, directora académica de Étnor, ha introducido al ponente en un acto celebrado en el Jardín Botánico de Valencia y con la participación de la rectora de la Universitat de València, Mavi Mestre y del President de la Generalitat Ximo Puig.

 

 

Manto y mapa

En su conferencia “¿Rentabilidad o dignidad? En qué valores educar a profesionales y ciudadanos” Gomá se ha referido al doble fin de la educación: la formación de profesionales y de ciudadanos, es decir “enseñar al niño a ser útil a la sociedad y despertarle un sentimiento”. O dicho figuradamente: “suministrar al niño un manto en el que envolver su desnudez y un mapa con el que orientarse por los laberintos del mundo”.

La vida no se regala, hay que ganársela, y el mejor medio es dominar un oficio, ser un buen profesional. El mundo nos obliga a alienarnos con un oficio, explica Gomá “a perder parcialmente la vida, pero solo para ganar” ya que, desde que se conserva testimonio literario, “la sociedad ha reconocido la función que ha cumplido y cumple el oficio: satisfacer una necesidad social”. Por ello, los programas formativos se ocupan de la formación de buenos profesionales que, con su oficio, puedan ganarse la vida.

Ahora bien, contar con buenos profesionales no es lo más importante, “antes que ser profesionales está el ser ciudadanos” y es ciudadano “quien ha despertado al sentimiento de su propia dignidad”. Por ello, los programas formativos en disciplinas prácticas deben completarse con otras ajenas a la productividad en el mercado que despierten “el sentimiento de la dignidad propia y ajena y que inculquen el respeto por uno mismo y los demás”. Esta es la razón de las humanidades: formar ciudadanos.

Es con el auge de las democracias en el siglo XX cuando la dignidad se democratiza, todas las personas la poseen, aunque “nadie la había echado de menos en milenios anteriores y que en muchas regiones del planeta sigue ignorándose”, apunta Gomá. Este proceso de generalización de la dignidad es “un costoso aprendizaje colectivo, una lección no escrita”, y es “una verdad moral que se ha impuesto” y que tiene como máxima “vive tu vida conforme a la excelencia de la que eres portador”.

El profesional y el ciudadano están sometidos a cierta tensión, nunca se integran del todo, y esta tensión es muy visible en el mercado, fuente de riqueza, bienestar y justicia social de los países. Sin embargo, explica Gomá, “el mercado está expuesto a un peligro relacionado con las leyes de la economía, y es que tiende por ley al lucro infinito.  “Si no se ofrece una fuerte resistencia a ese dinamismo natural del mercado, el ciudadano no recibe el respeto que merece, es tratado como una cosa.

Sin embargo, la sociedad la forman personas capaces de oponerse, en nombre de la dignidad, a las “inmunidades del poder”. “No hay contrapoder comparable al de una ciudadanía ilustrada que ha asimilado a fondo su doble educación”, concluye Gomá.  

Principios y valores

En su bienvenida como anfitriona, la rectora de la UV Mavi Mestre ha reconocido el trabajo de Étnor en defensa de los principios y valores que caracterizan “la etapa democrática más larga y avanzada de nuestra historia, pero no exenta de amenazas, la democracia no es irreversible”, advierte. La rectora de la UV considera que la defensa de los derechos humanos, la protección de los débiles y los imperativos éticos deben protegerse, “más en tiempo de zozobra”. Estos principios son, en su opinión “la guía para avanzar como sociedades justas, promotoras de la tolerancia y la equidad y defensoras de los más débiles”.

Palabras de reconocimiento a Étnor también del President de la Generalitat: “en tiempos muy difíciles para nuestra reputación ética, Étnor fue un faro que iluminaba el camino correcto,” y se ha mostrado confiado en que sea “un dique para frenar el retroceso ético”. Ximo Puig se ha referido a valores como el respeto, el diálogo y la lealtad y ha asegurado que “nuestra sociedad hoy es mejor”, más concienciada, menos indiferente y más convencida de que “la ética es el capital más rentable”.

Dignidad empresarial

En el cierre de la clausura, el presidente de Étnor, Pedro Coca, ha lamentado los ataques “partidistas y de oportunidad” a la dignidad de los empresarios y ha afirmado no compartir “esa manera de hacer política y construir sociedad”. “Defendemos que la empresa ética es un bien público cuya misión va mucho más allá de una cuenta de resultados”, asevera Coca. “Nuestra sociedad necesita buenas empresas y empresarios excelentes para construir una sociedad mejor.  Sólo desde la generación sostenible de riqueza -y ese es uno de los cometidos de las empresas, no el único- se puede hacer una sociedad más justa e igualitaria. La dependencia y el subsidio, a largo plazo, acaba trayendo indignidad”, ha concluido Coca.

Más que las leyes, son los hábitos de consumo los que configuran la sociedad

Los valores y las preocupaciones de la ciudadanía tienen un claro reflejo en los hábitos de consumo e impactan de forma directa en la actividad de muy diversos sectores empresariales. ¿Cómo han evolucionado estos valores en las nuevas generaciones? ¿Cómo se adaptan las empresas a las nuevas exigencias y demandas de los consumidores? ¿Es sostenible la sostenibilidad? ¿Quién paga su factura? ¿Qué valores son los que mueven hoy al consumidor? ¿Y a las empresas?

A estas y otras muchas cuestiones han respondido Araceli Císcar, consejera ejecutiva de Dacsa Group; Vicente Llácer, CEO de Grupo Ática y Francisco Segura, presidente y consejero delegado de Grupo Segura, en la mesa de debate “Nuevos hábitos de consumo”, enmarcada en el XXXII Seminario Permanente de Ética Económica y Empresarial de Étnor Valores humanistas para el siglo XXI: un reto también para las empresas”. El acto ha sido organizado por Étnor y la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) con la colaboración de CaixaBank, cuya sede ha acogido el encuentro.

En la presentación, Gustavo López, director territorial de Banca Privada de Caixa Bank, ha destacado el compromiso de la entidad con AVE y Étnor y los valores para el desarrollo del talento, el conocimiento y la excelencia que comparten.

 

Por su parte, Diego Lorente, secretario general y director de AVE, ha reivindicado que “los empresarios y las empresas no tenemos nada que devolver a la sociedad, porque somos parte de esta y, como tales, estamos permanentemente contribuyendo a su construcción y a su fortalecimiento generando empleo, promoviendo la innovación y apostando por la formación. Y, junto a nuestros trabajadores y colaboradores, a través de nuestro trabajo y el pago de impuestos, sustentando el estado de bienestar”, ha asegurado.

Jesús Conill, catedrático de Filosofía Política de la Univesitat de València y patrono fundador de Étnor, ha moderado el debate en el que los ponentes han compartido puntos de vista y experiencias en sus respectivos sectores de referencia: alimentación, hábitat y movilidad. Como punto de partida, Conill ha puesto de relieve la importancia de los hábitos, “pensamos que las leyes configuran la sociedad, pero lo que tiene vigor permanente son los hábitos”.

Valores y hábitos de consumo

Araceli Císcar del Grupo Dacsa, empresa familiar de segunda generación fundada hace 55 años y dedicada a la molinería de maíz, arroz y soluciones alimentarias, apunta las tendencias del nuevo consumidor que se vinculan con el respeto al medio ambiente y la preferencia por productos locales y saludables. El consumidor también demanda transparencia y coherencia a las compañías y los más jóvenes están muy implicados con el bienestar animal y el cuidado del planeta. En su opinión, no se trata de una moda pasajera, sino de una tendencia, y es la elección de las personas la que más influye en el mercado y en las grandes empresas. Sin embargo, “hablamos mucho de sostenibilidad, pero llevamos una vida insostenible, los consumidores no somos conscientes del impacto de nuestras decisiones en el entorno, utilizamos muchos más recursos de lo que son necesarios. Estamos en el mundo del consumismo y consumimos mucho de todo, hay que buscar un equilibrio”, insiste.

Francisco Segura, presidente del Grupo Segura fundado hace 53 años y vinculado al sector del automóvil desde el 85, año de la llegada de Ford a la Comunitat Valenciana, asegura que “la sostenibilidad está cambiando el sector del automóvil”. Segura alude a la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), “una nueva tendencia que seguiremos con esfuerzo, inversiones y sacrificio, porque no vemos otro camino. Aunque el camino no sea fácil y planteé muchas dudas, entre ellas si regirán las mismas reglas de juego para todos”. Explica Segura que está marcada una trayectoria clara para que a partir del 2030 los vehículos que salgan de fábrica sean eléctricos. Además, alude a la exigencia de clientes por el uso de energías renovables, y además “toda la cadena de valor deberá de estar totalmente descarbonizada alrededor del 2050, lo que condicionará, a su vez, las exportaciones y su modo de transporte”.  En opinión de Segura el deterioro del planeta exige ir por el camino de la sostenibilidad, pero “hacerlo mejor, de forma más coherente, que nos sumemos todos y que las reglas del juego sean las mismas para todos”.

 

Vicente Llácer, CEO de Grupo Ática, promotora inmobiliaria fundada hace 20 años, apunta también al valor de lo ecológico y sostenible, una tendencia que también se deja sentir en el sector del hábitat con los huertos urbanos y la instalación de placas solares. Respecto al coliving, coworking y otras fórmulas para compartir espacios, Llácer considera que en la elección pesan más los criterios económicos que los sostenibles. A modo de conclusión, el CEO de Ática apunta a la concienciación, la información y la formación de los consumidores más jóvenes para generar tendencias, “la tendencia tiene que ser verde, y si podemos despolitizarla mejor”.

En el cierre del debate Pedro Coca, presidente de Étnor, ha destacado la capacidad de la empresa para generar criterio en la sociedad, un criterio, además, “en permanente contraste con la realidad”.

Los valores son fundamentales para el éxito y la perdurabilidad de las empresas

Valencia, 20/01/23.  Valores como la transparencia, la escucha activa, la cercanía, la honestidad, el respeto, la superación, la adaptación, la excelencia y la innovación son fundamentales para el éxito de las empresas y su perdurabilidad en el tiempo. Así se ha puesto de manifiesto en la mesa de debate “Valores empresariales en entornos globales” organizada por la Fundación Étnor y la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) en el marco del XXXII Seminario Permanente de Ética Económica y Empresarial de Étnor “Valores humanistas para el siglo XXI: un reto también para las empresas”.

Agnès Noguera, consejera delegada de Libertas 7, vocal de la ejecutiva y el patronato de Étnor y vicepresidenta de AVE, ha introducido el debate aludiendo a la colaboración de AVE y Étnor, que se remonta a 12 años atrás, para el fomento de la ética en las empresas y las organizaciones que “entronca con la misión de AVE de dignificar la figura del empresario”. A esta colaboración con AVE se ha referido también el presidente de Étnor, Pedro Coca, y en alusión a las empresas participantes en el debate, ha citado a Adela Cortina, directora académica de Étnor: “la ética en la empresa es rentable a largo plazo”.

Nuria Ballester, directora de Estrategia, Innovación y Comunicación de Logifruit; Bernardo Gregori, director de Sostenibilidad, Relaciones Institucionales, Riesgos, Compliance y presidente del Consejo de Familia de Grefusa y Vicent Server, director general de Rolser. han puesto sobre la mesa los valores que orientan las decisiones y acciones de sus respectivas empresas de larga y consolidada trayectoria y su relevancia en la pervivencia de las compañías. El debate ha sido moderado por José Félix Lozano, profesor de Ética Empresarial y Responsabilidad Corporativa de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), que considera quela ética para las empresas es necesaria, rentable y útil”.

Valores y éxito empresarial

Vicent Server, director general de Rolser, empresa familiar fundada hace 57 años y que cuenta hoy con más de 250 empleados y presencia en más de 60 países, ha aludido a valores como la excelencia y al espíritu innovador, en lo que se refiere a uno de los pilares de la empresa: los clientes. Al respeto, la confianza, la retención del talento y la promoción interna en lo que se refiere a los trabajadores. A la “vinculación emocional” con el territorio y con el medio ambiente en su compromiso con la sociedad, y a la responsabilidad de los accionistas para legar una empresa sólida y solvente a futuras generaciones.

Por su parte, los valores de Logifruit -fundada hace 26 años y dedicada al alquiler, gestión y almacenado de envases reutilizables para el transporte de bienes de consumo que cuenta con más 1.200 empleados-, se aplican a todos los trabajadores en su relación con todos los grupos de interés con los que interactúan, expone Nuria Ballester. Estos valores son el liderazgo, la innovación, la colaboración, el compromiso y la transparencia. Guían las decisiones en el día a día y también las acciones, porque “a la gente lo que realmente le mueve es el ejemplo”, asegura.

Grefusa, fabricante de frutos secos y snacks de cereales con más de 90 años de historia y más de 700 empleados, tiene entre sus valores la cercanía, la escucha y ser transparente y accesible. “Creemos mucho en el respeto de todos los empleados sin importar la responsabilidad de cada uno”, afirma Bernardo Gregori. Los valores de Grefusa, a los que la empresa denomina “grefuvalores”, “son los que guían nuestra manera de ser y nos hacen únicos, forman parte de nuestra identidad”.

Los tres ponentes confirman que los valores han sido fundamentales para el éxito de las empresas y que en su esencia se mantienen vigentes con el cambio generacional. “Cada generación ha ido aportando unos valores a la siguiente y se ha ido enriqueciendo”, apunta Gregori, que considera “importante identificar qué valores ha ido aportado cada generación porque en su día no estaban escritos”.

Para mantener los valores Rolser promueve que los clientes visiten la fábrica y hacen participes a los trabajadores de los planes de la empresa. Además, desarrolla diversas iniciativas orientadas a la sociedad y los accionistas reinvierten los beneficios en la empresa. Por su parte, Logifruit realiza “una selección de personal consciente” tomando como referencia los valores del grupo. “A partir de ahí, invertimos también en formación para contar con un equipo de directivos que viva, trabaje y sepa trasladar esos valores aguas abajo. Lo fundamental es el ejemplo, el buen hacer y que se visualice que los líderes se comportan de acuerdo con esos valores”, explica Ballester. Respecto a Grefusa, todas las acciones internas están asociadas a los valores. “Dedicamos mucho tiempo y recursos a formar a las personas y lo hacemos en nuestros valores”, explica Gregori.

Nuria Ballester destaca, a modo de conclusión, la importancia de la escucha activa y la cercanía con los empleados. Vicent Server asegura que “una empresa sin valores está abocada al fracaso y, como empresa y como sociedad nos tenemos que comprometer a fomentar y transmitir estos valores”. Bernardo Gregori concluye que para realizar una gestión por valores en la empresa “se tiene que creer en ello y contar con el apoyo de la dirección, que debe predicar con el ejemplo”.

 

AVE y Étnor presentan las conclusiones de su Taller de Emprendimiento “El empresario emprendedor debe ser uno de los personajes de nuestra época”

Valencia, 22/09/22. Hay que acelerar el cambio cultural para favorecer el espíritu emprendedor en las empresas y en la sociedad. Este cambio requiere tiempo, no se realiza de un día para otro, y exige la implicación de empresas, administraciones y de todo el sistema educativo y de formación desde las etapas más tempranas. Además, se deben promover ecosistemas con los diferentes actores que intervienen en el emprendimiento, compartir el conocimiento, colaborar y apostar por modelos de gestión que favorezcan la autonomía de los equipos para que aflore el talento latente en todas las empresas y en la sociedad.

Estas son algunas de las conclusiones del documento “Avanzando hacia una sociedad más emprendedora: El papel de los empresarios” que recoge el trabajo del Taller de Emprendimiento que la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) y la Fundación para la Ética de los Negocios y las Organizaciones (Étnor) han desarrollado en el primer semestre del año.

El Taller AVE-Étnor de Emprendimiento ha analizado el emprendimiento desde tres ámbitos: el de las personas, el del entorno y el de las herramientas. En ello han participado personalidades del ámbito empresarial y académico, como Margarita Albors (Socialnest); Antón Costas (CES España); Adriana Domínguez (Grupo Adolfo Domínguez); Enrique García (Florida Universitaria); Javier Jiménez (Lanzadera); Eugenio de Miguel (Aquaservice); Andrés Pedreño (Torre Juana OST) y José María Peiró (UV). Junto a ellos, más de una a veintena de empresarios, académicos y profesionales, han analizado las variables que hacen a unas sociedades y unos territorios más emprendedores que otros.

Según ha explicado Miguel Juan, socio director de S2 Grupo, en la presentación, el emprendimiento “no es exclusivo de los entornos de start up’s, incubadoras de empresas y fondos de inversión. Es una actitud que toda organización debe fomentar y facilitar, es el medio por el que la innovación se lleva a la práctica y por el que se asegura el éxito de las empresas”.

En su exposición de conclusiones, Jesús Conill, catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universitat de València, ha destacado el dinamismo e innovación de las empresas que, “incluso en los peores años de la pandemia, han ejercido un gran liderazgo social”. Asimismo, subraya que el compromiso e implicación de las empresas es fundamental para la transformación social e intergeneracional. “Es imposible que las sociedades sean justas y decentes sin la cooperación y el compromiso de las empresas, en tanto que parte decisiva de la sociedad civil”, asegura y considera que se debe propiciar un cambio cultural que convierta al empresario emprendedor en uno “uno de los personajes de nuestra época”. Jesús Conill ha destacado la capacidad de gestionar la incertidumbre y el riesgo como característica de una actitud emprendedora y la mayor percepción de miedo al fracaso de los jóvenes españoles en comparación con los de otras sociedades.

Informe GEM

Los profesores José María Gómez Gras e Ignacio Mira, de la Universidad Miguel Hernández, han presentado una evolución de los principales indicadores, relacionados con el documento, en la Comunidad Valenciana del Global Entreperneurship Monitor (GEM), el observatorio internacional del fenómeno emprendedor. Según sus datos, la mitad de la población de la Comunidad Valenciana se considera capaz de poner en marcha una iniciativa emprendedora y el 30% percibe que hay oportunidades para hacerlo. Sin embargo, el miedo al fracaso sería un limitante en algo más del 50%. Según estos mismos datos, en la Comunidad Valenciana se emprende en sectores de consumo y de servicios, mayoritariamente. La edad media con que se inicia una iniciativa es de unos 42 años y quienes lo hacen cuentan con cierta experiencia previa. Entre sus motivaciones más frecuentes se encuentran labrarse un futuro profesional propio y aportar a la sociedad y manifiestan, además, una creciente preocupación por contribuir a fines sociales.

El reto de emprender

La jornada ha contado con una mesa redonda moderada por Beatriz Jacoste, directora de KMZERO Innovation Hub, y la participación de tres emprendedores de distintos ámbitos y sectores que han debatido sobre las conclusiones presentadas desde sus propias experiencias. Así, José Burgos, fundador y CEO de Fresh People, apunta que las culturas acaban creándose en función de qué se premia y qué se penaliza en la organización. En su opinión, “si creamos una cultura empresarial en la que hay miedo al fracaso, se penaliza el error y no se permite la creatividad, no tiene sentido hablar de emprendimiento”. Por su parte, Nuria Marchante, fundadora y directora de Pampa Interiors, destaca “el apoyo y el impulso” para emprender que recibió de su entorno familiar y profesional. El miedo a emprender existe, confirma, pero la ilusión puede con cualquier miedo”, concluye. Lucía Sánchez, fundadora y CEO de Digital Gastronomic ha destacado el papel de la educación a la hora de generar vocaciones empresariales, “hay muchos niños con muchas ideas y muchas ganas de hacer cosas, pero a la hora de la verdad les frena el no saber”, apunta. En su opinión, es importante que desde las te enseñen a tener confianza en ti mismo, a defender tus ideas, hablar en público, además de temas legales, burocráticos, fiscales y demás”, ha subrayado. En esta línea, “ser emprendedor es una actitud que se puede aprender trabajando la confianza en uno mismo, ha concluido Beatriz Jacoste, además ha añadido que “todos, la familia, los entornos educativos, las empresas y las instituciones tenemos la responsabilidad y el poder de crear una sociedad emprendedora”.

Liderazgo amable

En su ponencia “Emprendiendo desde la empresa”, Adriana Domínguez, presidenta ejecutiva de Grupo Adolfo Domínguez, y participante en una de las mesas de diálogo del Taller de Emprendimiento, ha puesto de relieve la importancia de la cultura de empresa para fomentar el emprendimiento interno. La transformación, asegura, la realizan las personas, y “muchas estrategias muy buenas fracasan por las personas”. Adriana Domínguez, desde su experiencia de transformación en la empresa que preside y que tiene su origen en 1950, apuesta por un “liderazgo amable” que prime la cooperación y la empatía. Creatividad, excelencia y amabilidad son los valores de la empresa hoy.

Reconocimiento social de la empresa

“Estamos convencidos de que las sociedades que más avanzan son aquellas en las que hay más y mejores empresarios”, ha asegurado, Agnès Noguera, consejera delegada de Libertas 7, en el cierre de la presentación. Noguera, ha puesto de relieve las dificultades y renuncias que supone ser empresario porque no todo vale para serlo, “el empresario debe ser ético y ejemplar”. Ha concluido reivindicando el reconocimiento social de la aportación de la empresa a la construcción de la sociedad, agilidad administrativa y reducción burocrática y una fiscalidad razonable para las empresas.

El déficit de perfiles cualificados en inteligencia artificial es una pérdida de oportunidad

Las empresas más competitivas son las que tienen más conocimiento, y el conocimiento hoy en día se puede extraer a partir de los datos. La inteligencia artificial (IA) optimiza los procesos en las empresas, ahorra costes y mejora la gestión de la información y el conocimiento. Las hace más productivas y competitivas. Aplicada al ámbito de la salud tiene un gran impacto social, permite diseñar nuevos softwares sanitarios y sirve de palanca a la industria farmacéutica para acelerar el desarrollo de fármacos. Sin embargo, existe en nuestro país un gran déficit de perfiles profesionales cualificados para su aplicación.

 

Así se ha puesto de manifiesto en la conferencia “El impacto de Ia inteligencia artificial sobre las empresas y la sociedad”, organizada conjuntamente por la Fundación para la Ética de los Negocios y las Organizaciones (Étnor) y la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE). La conferencia se enmarca en el XXXI Seminario Permanente de Ética Económica y Empresarial de Étnor que en esta edición lleva por título “Inteligencia artificial: ¿Oportunidad o amenaza para la democracia?” 

 

Ángel Alberich, Doctor en Ingeniería Biomédica y fundador y director de la empresa Quibim (Quantitative Imaging Biomarkers in Medicine), y Jon Ander Gómez, profesor titular de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y cofundador y CDO de la empresa spin-off Solver Machine Learning, han expuesto, desde la experiencia de sus proyectos, dos casos de aplicación práctica de la IA con impacto en la empresa y en la sociedad. Miguel A. Juan, patrono de Étnor y fundador y socio director de S2Grupo ha moderado el debate que han introducido Pedro Coca, presidente de Étnor, y Agnès Noguera, consejera de Libertas7, vicepresidenta de AVE y vocal de la ejecutiva de Étnor, que ha destacado la importancia de abordar el efecto de la IA en las empresas, en su competitividad, mejora de calidad de vida y, sobre todo, su efecto en la sociedad, así como los retos y oportunidades que supone.

Agnès Noguera, consejera de Libertas7, vicepresidenta de AVE y vocal de la ejecutiva de Étnor

 

Pedro Coca, presidente de Étnor

La IA en el ámbito sanitario 

Según ha explicado Ángel Alberich, Quibim se constituye en 2012 con el propósito de hacer de la interpretación médica de las imágenes un proceso más objetivo. La IA permite extraer parámetros de esas imágenes, calcularlas, almacenarlas en grandes bases de datos y vincularlas con la evolución clínica del paciente. La compañía, con 70 trabajadores de 9 nacionalidades diferentes y que inició su expansión internacional en 2020, orienta su negocio a dos tipos de clientes. Por un lado, los hospitales, a los que provee de sus softwares sanitarios, debidamente certificados y validados por agencias sanitarias. Suya es una de las tres herramientas aprobadas en el mundo para la biopsia virtual de cáncer de próstata y está a la espera de recibir la aprobación de la Agencia Estadounidense del Medicamento (FDA) para el cerebro. El segundo gran cliente de Quibim, explica Alberich, es la industria farmacéutica, que, con el seguimiento de la eficacia terapéutica a partir de las imágenes, acelera el desarrollo de los fármacos para tratamientos oncológicos.

Ángel Alberich, Doctor en Ingeniería Biomédica y fundador y director de la empresa Quibim (Quantitative Imaging Biomarkers in Medicine)

 

IA y competitividad 

Solver Intelligent Analytics tiene su génesis en una experiencia de éxito en 2014, dos años antes de su constitución, cuando sus fundadores desarrollan un software a demanda de una comercializadora de electricidad que buscaba mejorar su predicción en la orden de compra de energía. “Bajaron el error de predicción de un 10% al 1,5%”, expone Jon Ander Gómez, “y supuso un gran ahorro para la compañía al reducir las penalizaciones por desvío en la estimación”. A partir de ahí, su cartera de servicios a empresas se orienta al mantenimiento predictivo, que supone un gran ahorro de costes, y a la predicción de demanda en el sector del retail. También a la predicción de ventas, de la ruptura de stock y a la gestión documental.

Miguel A. Juan, patrono de Étnor y fundador y socio director de S2Grupo

 

Perfiles profesionales 

Los ponentes consideran que en nuestro país existe un déficit de profesionales cualificados para trabajar con modelos de IA, en momento de gran demanda. En opinión de Gómez, la IA no está destruyendo puestos de trabajo, al contrario, “está creando más”, y considera que la formación de las personas tendrá que adaptarse a “la nueva realidad”, que ya en etapa preuniversitaria se debe “entrenar” para desarrollar el “pensamiento computacional”. Y asegura: “la IA no es un gasto, es una inversión, impacta en la productividad y la competitividad de las empresas”.

Jon Ander Gómez, profesor titular de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y cofundador y CDO de la empresa spin-off Solver Machine Learning

 

Este déficit de científicos de datos y de empresas que realizan el “etiquetado” de datos que requiere el aprendizaje de la IA es una pérdida de oportunidad, en opinión de Alberich, que considera que España debería plantearse que la educación STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) se imparta “prácticamente por defecto”, junto con la formación en valores. El fundador de Quibim alude también a la vertiente ética de la aplicación de la IA, que no proporciona “un acierto del 100%”.

 

Los ponentes han concluido que la aplicación de la IA genera valor, al permitir automatizar determinadas tareas intelectuales y contribuir a la mejora del proceso de toma de decisiones. Pero no es factible sustituir a las personas en otros cometidos de mayor responsabilidad. En su opinión, la IA debe aplicarse siempre como una herramienta de apoyo a las personas.