La continuidad de la Empresa Familiar: cómo vincular a las próximas generaciones (diciembre 2019)
Objetivos del documento:
Para asegurar el futuro de la Empresa Familiar, es necesario realizar una serie de acciones que nos aseguren que los miembros de la siguiente generación estén preparados para convertirse en accionistas y, si procede, tomar el relevo de la gestión. Una cuestión que preocupa a muchas familias empresarias es cómo conseguir que las nuevas generaciones se impliquen en el proyecto familiar, y que evolucionen personal y profesionalmente para poder aportar valor a dicho proyecto de forma activa y eficiente.
Si queremos asegurar la continuidad y perdurabilidad de la empresa familiar en el tiempo, es necesario que la generación al mando asuma este reto como parte de las tareas que implica formar parte de una familia propietaria. Desafortunadamente, en muchas ocasiones se sobreentiende erróneamente que los jóvenes van a contar con la vinculación, capacidades y compromiso necesarios, solo por el hecho de formar parte de la familia. Es decir, el denominado “síndrome del ADN”, confundir el apellido y el derecho a heredar con la capacidad de gobernar y gestionar el negocio (Tápies, 2011).
En otros casos, las familias empresarias sí tienen la preocupación por la implicación de las nuevas generaciones, pero a menudo inician este proceso activamente solo cuando los jóvenes están ya terminando sus estudios universitarios. Si bien es cierto que lo más importante es ser conscientes de la importancia de este tema, también debe tenerse en cuenta que actuar cuando ya se han alcanzado estas edades es, en la mayoría de los casos, demasiado tarde para que las soluciones propuestas sean eficaces y eviten conflictos o recelos.
Así, si queremos asegurar que los futuros accionistas estén unidos, tengan el compromiso necesario, y cuenten con las competencias apropiadas para asegurar el legado en el largo plazo, es fundamental que se realicen una serie de actividades desde edades tempranas.
Estas actividades se deben planificar considerando tres prismas: familia, propiedad y empresa. Esta cuestión, aunque cercana, no deja de tener cierta complejidad que, en este cuaderno de trabajo, intentaremos desgranar.