La profesionalización de la empresa familiar. Conceptualización y elementos clave (febrero 2018)

Objetivos del documento:

  • Objetivos en las empresas familiares

    Los objetivos en las empresas familiares son más diversos que en las empresas no familiares, donde hay menor cabida para objetivos adicionales a los orientados al negocio. Además de los objetivos económicos, tradicionales en cualquier compañía, en las empresas familiares se persiguen también objetivos no económicos, que podemos denominar como emocionales o socioemocionales (según la denominación de estudios académicos recientes). Estos objetivos tienen relación con la mejora del bienestar del entorno familiar a través de los vínculos de este entorno con la organización. La riqueza socioemocional es el acumulado de los beneficios emocionales generados.

  • Profesionalización de una empresa familiar

    La profesionalización de una empresa familiar es, junto con la sucesión, uno de los mayores retos que tanto la compañía como la propiedad pueden abordar. En ambos casos estos procesos implican cambios de gran calado que afectan profundamente al funcionamiento de la organización.

La profesionalización de una empresa familiar es, junto con la sucesión, uno de los mayores retos que tanto la compañía como la propiedad pueden abordar. En ambos casos estos procesos implican cambios de gran calado que afectan profundamente al funcionamiento de la organización. Del mismo modo que existen numerosas definiciones de empresa familiar, todavía existe una mayor variedad y confusión para definir el concepto de profesionalización en la gestión de empresas.

En cuanto al concepto de profesionalización, que desarrollaremos con mayor detalle, lo definimos como la implantación y utilización habitual de prácticas y procedimientos que, coordinados entre sí, establecen un modelo de comportamiento y toma de decisiones con criterios orientados a la mejora de la competitividad, la sostenibilidad, el funcionamiento adecuado y los resultados de la compañía.

Partimos también de la premisa de que hemos superado el supuesto, muy extendido, de que profesionalizar una compañía equivale a incorporar directivos externos al ámbito familiar. Este planteamiento está tan consolidado que numerosos estudios científicos lo utilizan, como único criterio, para diferenciar entre las empresas familiares profesionalizadas y las no profesionalizadas. La asunción de que los miembros de la familia propietaria son, por definición, poco o nada profesionales, no tiene una base sólida, como tampoco la tiene identificar las empresas no familiares como profesionales por defecto. En el desayuno organizado por la Cátedra de Empresa Familiar de la Universitat de València en abril de 2017, quedó patente que hay directivos familiares con un alto grado de capacitación y un comportamiento altamente profesional. Por tanto, la incorporación de profesionales externos debe depender del tipo de capacidades y experiencia que se requieran en la organización, y de la disponibilidad y voluntad o no de miembros de la familia con dichas capacidades y experiencias para asumir la responsabilidad de la gestión. En última instancia, además, será esta una decisión que deberá tomar la propiedad puesto que en ocasiones, por acuerdos familiares, se decide que determinados puestos no sean ocupados por miembros familiares.