Vicente Boluda, presidente de Boluda Corporación Marítima y de AVE, ha participado esta mañana en el Fórum Nueva Economía, donde ha sido presentado por Juan Roig, presidente de Mercadona y miembro de nuestra Junta Directiva.
Compartimos aquí su discurso de apertura.
Muy buenos días a todos y muchas gracias por haber querido venir a este desayuno informativo de Nueva Economía Fórum, Fórum Europa, Tribuna Mediterránea.
Muchas gracias, José Luis, por la invitación. Ya hace mucho tiempo que tenía el compromiso adquirido contigo, y aquí estamos. Me ofreciste si quería hacerlo en Madrid o en Valencia y decidí que mejor en Valencia que, aparte de ser mi tierra natal y lugar de residencia habitual (al menos donde más pernocto, porque paso más de dos terceras partes del año fuera de mi casa), también es bueno que acostumbremos al resto de España a que la Comunidad Valenciana pueda ser fuente de información para el resto del país.
Y dejo lo más relevante de esta introducción para el final: muchas gracias, Juan, porque es todo un honor que hayas aceptado mi invitación para presentarme. Y muchas gracias por tus cariñosas palabras. Sois perfectamente conscientes, tanto tu hermano como tú, de lo gratificante que es dar el paso de estar al frente de una institución deportiva, pero también de la cantidad de retos que supone, porque además de una buena gestión financiera, deportiva y social, la pelota debe entrar. Juan, sabes que te admiro mucho a nivel personal y supongo que eres consciente de que es un sentimiento compartido en el seno de AVE. Eres uno de los grandes empresarios de España y tenemos la suerte de que seas de la Comunidad Valenciana y ejerzas como nuestro gran embajador.
Algunos no lo sabréis, pero soy miembro fundador de Nueva Economía Fórum y pertenezco a su “Círculo de Confianza”, por lo que he asistido a multitud de desayunos de este estilo por toda la geografía nacional, en los que al ponente se le da la oportunidad de trasladar mensajes, opiniones y pensamientos. Y como os decía, José Luis lleva mucho tiempo insistiéndome para que participe y, la verdad, siempre he considerado que esta era una atalaya más destinada al mundo político o a organizaciones vinculadas al diálogo social. Y por ello era muy reacio a participar.
Como asistente a estos desayunos siempre he pensado que, aunque se tengan muchas cosas que decir y contar, resulta más interesante atender a las inquietudes o dudas de los presentes. Por ello, si me lo permitís, haré algunas reflexiones, muy breves, y luego, si lo consideráis oportuno, contestaré, si soy capaz, a aquellas cuestiones que tengáis a bien preguntarme.
Considero importante resaltar que hoy vengo aquí a dar mi opinión como empresario y, sin perjuicio de que ostente diversas representaciones en el mundo de la sociedad civil, quisiera que lo que hoy manifieste o conteste, sea entendido como mi opinión personal, sin que ello tenga necesariamente que significar que, por ejemplo, el 100% de los asociados de AVE o patronos de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados o de la Fundación Premios Rey Jaime I, estén completamente de acuerdo con mis afirmaciones.
Hoy vengo, como empresario comprometido con el desarrollo y fortalecimiento de la sociedad civil, para manifestar que veo con mucha preocupación el clima de permanente crispación que se da en la vida político-institucional.
Es imprescindible que se rebaje el tono, que se tenga claro que la política es el arte de llegar a acuerdos y que sirve para solucionar la vida de los ciudadanos, y es igualmente fundamental que se acepte que, en la discrepancia, el diálogo y el debate constructivo, radican la salud y fortaleza de nuestra democracia. Pensar diferente, con lealtad y cumpliendo con la legalidad vigente, es la base de nuestro avance.
Si queremos un país sólido y respetado internacionalmente, debemos fortalecer nuestras instituciones y trabajar por la independencia de las mismas, así como respetar y hacer que se respete la separación de poderes.
Hoy vengo aquí como empresario que está decepcionado por la mala imagen que pretende darse de los empresarios, que en realidad somos los verdaderos motores de nuestra economía y los que, junto a nuestros trabajadores y colaboradores, estamos sacando al país adelante, pese a las pandemias, las crisis y lo que nos pongan por delante.
No digo que en ocasiones los empresarios no hayamos hecho cosas que sean reprochables, pero tengo el absoluto convencimiento de que la gran mayoría de empresarios somos éticos, pensamos en el largo plazo y tenemos absolutamente erradicados los atajos en nuestro día a día. Sin empresarios y empresas, no hay empleo, y sin empleo es imposible pensar en un país competitivo, próspero y con un elevado nivel de bienestar.
Y quiero, además, realizar un especial alegato en favor de las Empresas Familiares que, por nuestro arraigo y apego al territorio tenemos un grado extra de compromiso y trabajamos duramente por la continuidad, aunque muchas veces nos lo pongan muy difícil.
Hoy vengo aquí como empresario familiar de 5ª generación por parte de madre y de 3ª generación por parte de padre, y ya con una cierta edad, desolado por el intento de que no tengamos memoria sobre el proceso de transición de la dictadura a la democracia.
Todos los acuerdos, renuncias y gestos que dicho proceso de transición supuso, no pueden ser vilipendiados, maltratados y erradicados de los libros de historia, cuando gracias a ese duro, pero trabajado y consensuado tránsito, España ha vivido los mejores 40 años de prosperidad, paz y desarrollo en nuestra historia democrática.
Hoy vengo aquí como empresario y padre de familia, preocupado por un modelo educativo que nos está empobreciendo cultural e intelectualmente, y en el que cada vez se tiene menos respeto por el espíritu crítico, el esfuerzo, la meritocracia y los valores. Se nos llena a todos la boca de que queremos un mejor futuro para las siguientes generaciones, y en materia educativa estamos yendo en la dirección contraria.
Además de que debemos restituir el protagonismo y papel central de las familias en el proceso educativo de sus hijos, lo que de verdad hará a nuestros jóvenes más fuertes e independientes es un modelo con una sólida base humanista, en el que se respete la figura del profesorado, se aseguren las competencias digitales y, además de garantizar el correcto conocimiento del español, que hablan más de 500 millones de personas en todo el mundo, consigamos un bilingüismo real en inglés.
Hoy vengo aquí como empresario que se niega a aceptar que en nuestro país se sigan generando bandos como estrategia de división y de confrontación. No es sostenible un modelo en el que de forma permanente se crean supuestos bandos de “buenos” y “malos”. Y les pondré un ejemplo que se intenta trasladar y que además de peligroso, es falaz: se habla de supuesta lucha entre empresarios y trabajadores, cuando ambos son condición necesaria para la existencia de las empresas y forman una alianza con un mismo fin: el desarrollo de un modelo empresarial que asegure el trabajo, la prosperidad y el desarrollo económico y social.
Hoy vengo aquí para poner negro sobre blanco, sin ambages, que nuestra Comunidad y nuestro país no pueden permitirse el lujo de tener responsables políticos que reúnan alguna o todas de las siguientes condiciones:
- Que se instalen en la cultura del NO.
- Que sean incapaces de alcanzar pactos.
- Que gobiernen solo para una parte de los ciudadanos, “los suyos”.
- Que no crean en la sociedad civil.
- Que consideren que el empresario es el enemigo.
- Que utilicen las lenguas como armas arrojadizas y herramientas de confrontación y división.
- O que hagan de su discurso un permanente engaño, sin que, además, faltar a la palabra dada o engañar, no tenga consecuencias.
Hoy vengo aquí como un empresario, hijo del Cabañal, valenciano, español, con un proyecto empresarial globalizado, que está harto de ver cómo los conflictos territoriales y los egoísmos destruyen la prosperidad, la cohesión y la cultura.
Creo mucho en un país que ha sabido desarrollar un sistema autonómico exitoso y, con ello, respetar su diversidad social, cultural, lingüística y territorial, pero creo más en una España unida, cada día más europeísta, que nos permita recuperar el peso a nivel internacional que nunca debimos perder.
España ha demostrado sobradamente que la cooperación entre territorios siempre nos ha beneficiado al conjunto del país. Continuemos en esa línea y rechacemos de plano ese intento de generar rivalidades artificiales que lo único que hacen es lastrar nuestro avance.
Termino ya con tres ideas que algunos ya me habéis oído pronunciar, pero que considero importantes reiterar en este foro:
- Los empresarios debemos hablar más alto, y más claro.
- La sociedad civil debe actuar de forma más notoria, y más potente.
- Nuestros representantes políticos son solo eso, representantes políticos, que se deben a la sociedad, y no a la inversa.
Como decía, no espero que todos compartan mis opiniones, y seguramente no en todas tendré la razón. Pero en democracia, de eso se trata: de, siempre respetando al prójimo, poder expresarte y actuar de forma libre y en sociedad.
Muchas gracias.