Ordenación del Territorio y Futuro Económico de la Comunitat Valenciana


Autor:         Francisco Pons Alcoy


Fecha:        23 de marzo de 2007


Medio:        Las Provincias – Levante EMV – ABC – El Mundo – Información – El País …


Durante los últimos años la Comunitat Valenciana ha experimentado una significativa y sostenida expansión económica que le ha permitido ir convergiendo con Europa. Y nadie puede negar que en dicho proceso han sido fundamentales la fortaleza de la actividad inmobiliaria y constructora y el buen comportamiento de la actividad turística, tanto residencial como hotelera. De la buena marcha de estos sectores económicos ha dependido la expansión de diversas actividades transformadoras, tanto relacionadas con los materiales y componentes de las viviendas como con la producción de bienes duraderos para la casa y los servicios de distinta índole que mueve la demanda local y turística. Es por ello que cualquier acción que les afecte debiera ser evaluada con mucho detenimiento y teniendo en cuenta los efectos sociales y económicos directos e inducidos que genera.


 


El turismo constituye una actividad estratégica para nuestra economía y debe seguir siéndolo. El cómo evolucione está actividad dependerá de nuestra capacidad para dinamizar y diversificar la oferta, proporcionando más valor al demandante y más diversidad de producto y de servicio. La excepcional oferta cultural y de ocio que se está desarrollando en la Comunitat Valenciana (la Ciudad de las Artes y de las Ciencias, la Ciudad de la Luz, la atracción de grandes eventos deportivos como la America’s Cup, la Volvo Ocean Race, la organización de una carrera de la Fórmula 1, el Mundial de Atletismo, etc.) sin duda contribuyen significativamente a impulsar este proceso de diversificación y de creación de valor para el visitante.


 


No podemos olvidar, además, que el modelo turístico valenciano se sustenta en gran medida en la segunda residencia y que ésta aún ofrece muchas oportunidades para crear riqueza. Debemos seguir apostando por una oferta residencial de mayor calidad, servicios y generación de valor, como la que piden los amantes del golf, o de la vela o navegación, a través del incremento de los puertos deportivos, por ejemplo, que permita estimular la economía regional y elevar el nivel de gasto del turista medio. Otras zonas españolas con fuerte tradición turística y alta densidad residencial, como Málaga, lo vienen haciendo con buenos resultados, y sería lamentable que en la Comunitat Valenciana esta opción fuese estrangulada.


 


El desarrollo manufacturero, terciario y logístico de nuestra Comunitat también requiere de una mayor atención a la oferta de suelo industrial, cuya carencia constituye uno de los principales cuellos de botella para un desarrollo más equilibrado. Sin olvidar que el crecimiento demográfico y el proceso inmigratorio del que nos beneficiamos requieren de una mayor atención a la oferta de primera residencia. En ambos casos la creación y regeneración de suelo para usos industriales y residenciales constituye una necesidad que no puede ser desatendida.


 


Con independencia de que una moratoria urbanística, como algunos pretenden imponer, tiene poco fundamento y daría crédito a una imagen distorsionada y perniciosa de nuestra Comunitat que algunos se han empeñado en crear, las razones que acaban de exponerse la hacen sumamente contraproducente desde una perspectiva tanto económica como social. Nos jugamos con ello no sólo la creación de riqueza y de empleo, sino la oportunidad de sentar las bases de un desarrollo de mayor calidad. Cierto que para garantizar la calidad del proceso de desarrollo futuro es imprescindible asegurar un uso racional de un factor limitado, que es el suelo.


 


En una situación en la que conviven amenazas y oportunidades como la actual, nada es más importante que clarificar el futuro definiendo un marco preciso de usos del suelo, que al tiempo que preserve y recupere los espacios de valor ecológico y paisajístico, cuyos fundamentos legales ya están establecidos, y de uso rural y colectivo, establezca y regule el suelo urbanizable y de uso industrial y diseñe el futuro desarrollo de las infraestructuras. Con esto no sólo se sientan las bases de un proceso territorial y económico equilibrado, sino también las condiciones para una menor incertidumbre empresarial y un mercado más transparente y competitivo del suelo.


 


Para crear este escenario es imprescindible que el desarrollo territorial sea regulado por un plan surgido de un gran pacto en nuestra Comunitat. Un plan con un amplio soporte social, empresarial y político que recoja las sensibilidades más significativas, que evite la inseguridad y traumas que siguen a los cambios políticos y que garantice su efectiva aplicación por los distintos niveles de gobierno y el respeto de los agentes económicos y políticos.


 


Tenemos un gran reto ante nosotros. Necesitamos desarrollar un plan que asegure una ordenación planificada del territorio. Un plan respaldado por una normativa racional y ágil que se adecue a las necesidades de la Comunitat Valenciana. Nos jugamos nuestro futuro. Pero también debemos saber que es en estos momentos cuando las sociedades son capaces de dar lo mejor de sí mismas. Para esto es necesario un acuerdo estratégico con amplio respaldo social y actuar tanto con la razón como con el corazón, por el bien común.


 

(070506)-presente-y-futuro-del-urbanismo-valenciano.pdf