La Copa América Cada Vez Más Cerca
Autor: Francisco Pons Alcoy
Fecha: 14 de septiembre de 2003Medio: Las Provincias
Hace algunos días los valencianos recibíamos la grata noticia de que Valencia había superado otra fase del proceso de selección del emplazamiento de la sede de la Copa América, a celebrar en el año 2007. Pero no sólo superaba una prueba más, sino que quedaba como única candidata a este magno acontecimiento mundial en nuestro país. Un acontecimiento que, como hacía notar en un anterior artículo, tiene importantes consecuencias económicas, infraestructurales, de imagen, e incluso sociales, para la ciudad elegida, al igual que para la región en su conjunto. Efectos de orden similar a los de unos Juegos Olímpicos o una Exposición Universal, ya que durante unos tres meses la ciudad receptora es objeto de la atención mundial de los medios de comunicación y de un colectivo de aficionados económicamente muy significativo.
Es evidente que Valencia es una sólida candidata por las excelentes condiciones del Golfo de Valencia para este tipo de eventos deportivos. Pero sería iluso pensar que esta es la única razón. Aparte de las condiciones infraestructurales, urbanísticas y de oferta hotelera y de servicios, que obtienen una alta ponderación a la hora de la selección, cuenta mucho la labor de comunicación realizada por los actores locales implicados en las relaciones con los organizadores. Cuenta la seriedad y el rigor con que se presentan los requerimientos de los organizadores. Cuenta la capacidad para hacer valer las cualidades y ventajas comparativas del lugar. Cuenta el saber hacer en el trato con los que van a tomar la decisión.
Por los éxitos cosechados hasta ahora, y con independencia del resultado final, cabe inferir que los actores valencianos que han intervenido en el proceso de selección de la sede de la Copa América de 2007, lo han hecho con mucha discreción y notable eficacia, lo que merece el reconocimiento de los valencianos. Desde AVE mostramos nuestra satisfacción y felicitamos a los actores institucionales valencianos que han participado hasta ahora el proceso, empezando por el Ayuntamiento de Valencia, siguiendo con el Club Náutico, y acabando con la Generalitat Valenciana, así como a las personas que, en el marco de estas instituciones, lo han ejecutado.
Pero el proceso no ha terminado y queda aún una complicada y muy disputada fase final, aunque para Valencia la situación y capacidad de maniobra ha cambiado mucho después de la eliminación de Palma de Mallorca. Antes de la última selección, que ha descabalgado a Palma, la presencia entre los contendientes de dos ciudades españolas impedía que la capacidad de apoyo de los actores estratégicos de España se movilizase a favor de una u otra ciudad. La situación ha cambiado al quedar como único candidato nacional la ciudad de Valencia, y todas las cartas que son capaces de poner sobre la mesa las instituciones y personalidades españolas tienen que ponerse al servicio, sin reserva ni limites, de Valencia en el sprint final.
Este es el momento para que la Casa Real, el Gobierno de la nación y las instituciones españolas que pueden influir de alguna forma en la decisión final, pongan todas sus capacidades de convicción y recursos estratégicos a trabajar por la candidatura de Valencia, como otras veces han hecho con otras ciudades españolas en otro tipo de eventos deportivos. Existen buenas razones para pensar que las cartas que pueden utilizar la Familia Real, muy implicada en el deporte de la vela, y el gobierno español, con una capacidad de maniobra financiera mayor (gracias al buen comportamiento de nuestra economía y al equilibrio presupuestario conseguido) que la de los gobiernos de las naciones donde se localizan las ciudades competidoras (Francia, Italia y Portugal) y en un buen momento en las relaciones internacionales de España, pueden ser de gran importancia para decantar la decisión a favor de la ciudad del Túria. Un evento tan relevante para la Comunidad Valenciana y España debe recibir la máxima atención y prioridad por parte de los responsables de la nación. Desde AVE pedimos al gobierno de José María Aznar y a S.M. el Rey su total compromiso y entrega, en el marco de la estrategia diseñada por el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat Valenciana, en apoyo de la candidatura de Valencia.
No es menor la responsabilidad y el interés de la sociedad valenciana en su conjunto por lograr este objetivo. En primer lugar por sus beneficiosos efectos económicos para Valencia y otras áreas de la Comunidad Valenciana. En segundo término por el valor que un evento de estas características tiene para la imagen mundial de la Región y el efecto marketing que genera. En tercer término, pero no por ello menos importante, por su función integradora de nuestra Comunidad. Pero para que esto último alcance su máximo nivel, la consecución del proyecto debe asumirse como una empresa colectiva, implicando a los principales actores sociales y económicos en su consecución, con los beneficiosos resultados que ello conlleva, tanto para la candidatura de Valencia como para la integración social entorno a un proyecto común.
Como ya hicimos notar en un artículo anterior, eventos como este en un momento procesual como el actual, constituyen una magnifica ocasión para el desarrollo de acciones asociativas entre actores públicos y actores privados, sociales y económicos, de consecuencias beneficiosas para el éxito del proyecto y el desarrollo de una práctica de comunicación y cooperación, que tan importante es para el crecimiento del capital social y el despliegue de las capacidades de desarrollo económico y social de la región. Los organizadores del evento valoran mucho el respaldo social a la Copa América en la ciudad elegida. Para la Comunidad Valenciana esta es una buena ocasión para movilizar e implicar a la sociedad civil en la consecución de objetivos estratégicos.
Las instituciones públicas valencianas tienen ahora una excelente ocasión de matar dos pájaros de un solo tiro: hacer acopio de todos los recursos de poder para lograr convertir a Valencia en sede de la Copa América y contribuir a forjar en nuestra sociedad una cultura de cooperación y concertación de esfuerzos, condición fundamental para progresar a mayor ritmo en la integración social y territorial de nuestra Comunidad.