Competitividad de la Economía Valenciana: Realidad y Perspectivas

 


Autor:         Francisco Pons Alcoy


Fecha:        29 de junio de 2004Medio:        El Boletín



La característica más notable de la economía valenciana en los últimos cincuenta años ha sido su gran dinamismo, puesto de manifiesto no sólo en una alta tasa de crecimiento sino también en una acusada transformación estructural, reflejada en el cambio sectorial y tecnológico que ha experimentado. Esto último, que muestra la capacidad del tejido empresarial valenciano de aprovechar oportunidades y de adaptarse al cambio del entorno, pone de relieve la disponibilidad de un sólido núcleo de competencias que ha evolucionado al ritmo de los tiempos y que constituye la razón de ser de la sostenibilidad  de las ventajas competitivas de esta economía.


 


Estas ventajas competitivas se han sustentado en: 1) una atmósfera empresarial y un tejido productivo con escasas barreras de entrada que han fomentado el desarrollo de capacidades emprendedoras; 2) una mano de obra especializada, cualificada y poco problemática y 3) una organización territorial del sistema productivo, formando distritos industriales (inclusión hecha del de Benidorm), generadora de economías externas. En el sector industrial, a estos tres pilares hay que adjuntar el sistema de institutos tecnológicos de la red IMPIVA, que constituye el nervio tecnológico de nuestro tejido productivo.


 


Con esta arquitectura la economía valenciana se ha posicionado de forma ventajosa en la escena económica mundial en actividades intensivas en mano de obra, impulsadas y pilotadas por pequeñas y medianas empresas, poco exigentes en conocimiento científico-técnico y en las que el saber hacer, el conocimiento del oficio por el empresario y la flexibilidad han sido los factores diferenciales de competitividad, junto a unos salarios y precios ajustados. Esto explicaría el que a pesar de nuestro dinamismo, la renta regional se haya mantenido en torno a la media nacional y nuestra productividad sea inferior a la de España.


 


Pero el entorno está sometido a un intenso proceso de cambio y nuestras ventajas competitivas también. La globalización económica, el avance de la economía sustentada en el conocimiento, la entrada en nuestros mercados de países con salarios más bajos y la revalorización del euro con respecto al dólar (moneda de referencia de nuestros principales competidores) están minando la posición competitiva de muchas empresas de nuestros sectores maduros y obligando a otras a rediseñar su estrategia. Los efectos son visibles: algunos cierres de empresas, regulación de plantillas y externalización de funciones de bajo valor añadido. Pero la cuestión fundamental no es esta, sino la capacidad de la economía valenciana como un todo para mantener su posición competitiva en el nuevo entorno.


 


La Comunidad Valenciana tiene una localización y posee una atmósfera empresarial que la predisponen positivamente para el cambio que exige el nuevo entorno, sin dejar de lado que existen debilidades que no pueden obviarse. En todo caso, la ubicación estratégica en el Arco Mediterráneo y su condición de puerto natural del centro de España, con un puerto interoceánico como el de Valencia, constituye un importante activo, como lo es también su atractivo locacional para los habitantes del norte de Europa. Posee, por otro lado, un caldo de cultivo empresarial que facilita su transformación sectorial y empresarial.


 


Pero este sistema tiene que avanzar hacia actividades más intensivas en conocimiento y empresas más comprometidas con la I+D y con más capacidad para la internacionalización (vía sistema de distribución y de inversión internacional) si queremos mantener la capacidad de generación de empleo y elevación de la renta per cápita. Para conseguirlo debe desarrollar nuevas ventajas competitivas sustentadas en: 1) un sistema empresarial mucho más intensivo en capacidades gerenciales, organizativas y tecnológicas; 2) la creación de líderes sectoriales y grupos empresariales susceptibles de liderar y organizar redes estratégicas sustentadas en la creatividad y la calidad y con capacidad para profundizar en la internacionalización de nuestra economía industrial; 3) un sólido sistema de innovación que integre el sistema productivo, el sistema de investigación y el sistema de formación; 4) la consolidación y despliegue del potencial evolutivo de las actividades auxiliares de las ramas actuales, más intensivas en conocimiento y susceptibles de dar origen a nuevos sectores exportadores; 5) la generación de actividades emergentes de rápido crecimiento relacionadas con la biotecnología y los nuevos materiales, la gestión medioambiental, las energías renovables y el tratamiento de aguas, los servicios avanzados, las actividades culturales y de ocio y la multimedia y los servicios a las personas.


 


Como impulsor y soporte de este proceso son necesarios una sustancial mejora de la accesibilidad, tanto al resto de España como al resto del mundo, uno de nuestras principales desventajas en la actualidad, una seria apuesta por la informatización de nuestra sociedad, marcadamente retrasada en esta cuestión crítica de la nueva economía, y la creación de una coalición de desarrollo que coordine las capacidades públicas y privadas en un ambiente de comunicación fluida, cooperación estratégica y creación de sinergias y confianza.


(040919)-levante_construir-la-economía-valenciana-del-futuro….pdf