Conferencia en Jornada organizada por Tirant lo Blanch

La Competitividad De La Economía Valenciana: Una Perspectiva Estratégica

La visión que voy a ofrecer de la competitividad de la economía valenciana es fundamentalmente estratégica y centrada en el medio plazo, es decir en lo que hoy es necesario y posible hacer considerando el punto de partida actual. Empezaré esbozando lo que a mi entender han sido las competencias que han informado la pasada evolución económica de esta región y el cambio de situación que se está produciendo y que vuelve obsoletas las bases de un modelo económico exitoso.Un rasgo distintivo de la economía valenciana es el dinamismo que la ha caracterizado en los últimos cincuenta años. Un dinamismo que no sólo se ha manifestado en una alta y sostenida tasa de crecimiento a largo plazo, sino también en una acusada transformación estructural reflejada en el cambio sectorial y tecnológico que ha experimentado.En la medida en que este dinamismo económico ha sido forjado por fuerzas endógenas a la región, se pone de relieve el principal resorte y capacidad distintiva de esta economía: la habilidad del tejido empresarial valenciano para desarrollar las fuerzas productivas, identificar y aprovechar las oportunidades y adaptarse al cambio del entorno. Esta es, sin duda alguna, la principal competencia y razón de ser de la sostenibilidad en el tiempo de las ventajas competitivas de esta economía, ya que el desarrollo económico valenciano, como es bien sabido, ha respondido a una iniciativa privada que ha hecho de la espontaneidad su regla de comportamiento, no a la planificación pública como en otras áreas, ni a la creación por la burguesía de un marco institucional incentivador de su propio desarrollo y del de la economía, como han hecho las burguesías catalana y la vasca. En este proceso de medio siglo las ventajas competitivas que ha forjado la economía valenciana se han sustentado, grosso modo, en cuatro grandes pilares: 1) Una atmósfera empresarial y un tejido productivo con escasas barreras de entrada que han fomentado el desarrollo de las capacidades emprendedoras de la región.2) Un fondo de mano de obra especializada, cualificada y poco problemática que ha constituido no sólo un recurso productivo, sino una fuente de iniciativas emprendedoras.3) Una organización del sistema productivo en forma de distritos industriales que ha generado importantes economías externas y ha constituido el marco natural de la atmósfera creativa de nuestra economía.4) Mas recientemente, un sistema de institutos tecnológicos que constituye un importante captador y difusor de conocimiento tecnológico y un poderoso motor de la innovación, tanto de proceso como de producto.Sobre esta base, la economía valenciana se ha posicionado de forma ventajosa en el escenario económico internacional en actividades intensivas en mano de obra, organizadas por pequeñas y medianas empresas, poco intensivas en i+d y en las que el saber hacer, el conocimiento del oficio y la flexibilidad han sido factores fundamentales de competitividad junto con unos salarios y precios ajustados. Lo que explicaría que a pesar del mayor dinamismo de esta economía la renta regional per cápita se haya mantenido al nivel de la media nacional y su productividad media sea inferior a la de españa.Pero este modelo de desarrollo encierra no pocas debilidades y amenazas cuando se contempla desde una perspectiva dinámica y en un contexto de creciente competencia, cambio  en la división internacional del trabajo y profunda transformación de las bases  del sistema económico, como ocurre en la actualidad. Cuando el entorno cambia las competencias de las economías regionales también deben hacerlo, y el reto que se les plantea a estas es proporcional al cambio de aquel. La revolución de los mercados y del sistema de producción supone un cambio radical de entorno que cuestiona no sólo las ventajas competitivas de nuestra economía sino sus propias bases genéticas. Y al igual que ocurre con las especies cuando cambian los ecosistemas, o hay una mutación genética o la especie desaparece estrangulada por un entorno que se vuelve cada vez más adverso. En nuestro caso, la globalización económica, el predominio del conocimiento en el proceso económico, la entrada en los mercados de nuestras actividades dominantes de países con salarios más bajos y la revalorización del euro con respecto al dólar (moneda de referencia de nuestros principales competidores) están cuestionando la validez de nuestras tradicionales competencias territoriales y obligando a un cambio radical de modelo si queremos mantener y mejorar nuestros niveles de vida.La comunidad valenciana posee condiciones y activos que la predisponen favorablemente para adaptarse al cambio del entorno. Pero también tiene debilidades que hay que superar. Cuenta con una localización estratégica en el arco mediterráneo que la hace atractiva tanto para empresas como para personas. Tiene un puerto interoceánico que puede ser un gran impulsor del tejido productivo, dispone de una red universitaria densa y con potencial y es capaz de proporcionar recursos humanos de alto nivel de cualificación. Posee, por otro lado, una atmósfera y un caldo de cultivo empresarial que facilita su transformación sectorial y empresarial, así como un sistema de institutos tecnológicos que facilitan la innovación.El contrapunto de esas fortalezas son algunas debilidades que afectan la competitividad de nuestros productos, el atractivo de nuestro territorio para los inversores externos y nuestra capacidad de adaptación, y que podemos trasnformar en  oportunidades. En primer lugar, y esto no es un tópico u obsesión, están las dificultades de accesibilidad al resto del mundo y las deficiencias funcionales de alguna infraestructura estratégica. Las comunicaciones con europa no son todo lo adecuadas que haria falta.. En segundo termino, es imprescinbdible mantener el liderazgo de nuestro sistema portuario y en especial el del complejo portuario valencia-sagunto, incrementando su productividad y mejorando su eficiencia de forma que pueda competir en igualdad de condiciones con sus principales competidores. Además de los problemas relacionados con las infraestructuras tradicionales, hay que resaltar el atraso de la sociedad valenciana en el uso de la informática e internet, el escaso dominio de lenguas extranjeras, el débil compromiso del sistema productivo con la i+d (sólo el 0’7% del pib regional), la casi nula relación entre sistema productivo y sistema educativo, el bajo nivel de formación de la población ocupada (según información aportada por eurostat y con referencia a 2001, el 63,7% de las personas entre 25 y 64 años tienen bajo nivel de estudios en la comunidad valenciana, frente al 35,4% en la unión europea de 15 y el 32,6% en la unión europea de 25; la situación es mucho mejor en la formación de alto nivel, en la que nos situamos cerca de la media de la unión europea de 25), lo que es extensible al mundo empresarial, y la endeblez de la cultura asociativa y de implicación de los trabajadores entre el empresariado. La razón principal de lo anterior es la propia naturaleza de las actividades industriales dominantes y el predominio de las pequeñas empresas, que pone barreras a la profundización de la internacionalización de nuestra economía, la profesionalización de la gestión, la demanda de personal más formado y el desarrollo de la actividad de i+d. A la luz de los problemas enunciados y teniendo en cuenta la necesidad de avanzar hacia una economía más internacionalizada y en la que el conocimiento sea el principal factor, la estrategia que, a nuestro entender, necesita la comunidad valenciana debe discurrir por dos grandes ejes: a) mejorar la accesibilidad externa de la región y b) desarrollar las competencias de nuestro sistema productivo mediante el conocimiento. A esto cabe adjuntar la necesidad de superar el obstáculo del déficit hídrico.Teniendo presente que los recursos disponibles son limitados, es necesario seleccionar y priorizar las actuaciones atendiendo a su impacto en cada uno de los tres ejes mencionados, que pasarían a ser criterios de actuación.Por lo que respecta a las actuaciones sobre las infraestructuras el primer criterio viene a considerar como infraestructuras críticas: 1) el tren de alta velocidad madrid-comunidad valenciana por cuenca y el corredor mediterráneo, por la conexión estratégica que permite establecer con el centro político y económico y nudo global de comunicaciones de madrid y con el arco mediterráneo, nuestro espacio económico natural.2) el complejo portuario valencia-sagunto, por su valor estratégico para nuestra industria y por la capacidad de atracción de nuevas actividades que posee.Desde la perspectiva del desarrollo de las competencias de nuestro sistema productivo las actuaciones debieran orientarse en una doble dirección: el desarrollo de las competencias de las actividades dominantes en la actualidad y el fomento de actividades más intensivas en conocimiento y de carácter emergente.El bajo nivel de formación de nuestra población activa y la escasa dotación en capital humano de la mayoría de nuestras empresas, constituye una debilidad cuya superación debe ser prioritaria si deseamos forjar un estilo de competitividad sustentado en la calidad, la diferenciación y la creatividad, el único que puede permitirnos superar el impacto de la competencia de los nuevos países industrializados y permitir elevar nuestros niveles de vida y bienestar. Pero para conseguirlo es fundamental priorizar la cualificación de los equipos directivos, tanto porque esto permite a las empresas comprometerse con procesos más exigentes en conocimiento como a los directivos valorar y valorizar la formación de los trabajadores. Esto elevaría, por otro lado, la demanda de servicios a las empresas de alto valor y su compromiso con el cambio tecnológico y la investigación. La línea de actuación a llevar a cabo para impulsar el proceso de cualificación de los equipos directivos en las pequeñas y medianas empresas es el fomento de la contratación de personal con formación universitaria en los ámbitos de la gestión y organización y de la tecnología.El segundo paso, al que contribuye significativamente el anterior, es acercar el sistema productivo al sistema de formación, en la línea del sistema dual alemán (los estudiantes de formación profesional reparten su tiempo entre las aulas y las empresas) e impulsar y consolidar una escuela valenciana de alta dirección.El fomento de la interacción entre sistema productivo y universidades con el concurso de los institutos tecnológicos es la tercera actuación a llevar a cabo. Pero para ello es necesario implantar una política más selectiva de ayuda a la investigación y la innovación que seleccione los proyectos en función de su incidencia en la competitividad de la industria regional, la creación de redes (entre empresas y entre estas y departamentos universitarios) y las externalidades susceptibles de producir. Además de esto la política de investigación e innovación debe ser sometida a una evaluación sistemática, rigurosa y abierta que permita maximizar su eficacia a la luz de esos criterios.El apoyo decidido y sistemático a la profundización de la internacionalización de las empresas valencianas constituye la cuarta actuación clave para impulsar la competitividad, capacidad innovadora y elevación del nivel de conocimiento de nuestro tejido productivo. Las empresas más internacionalizadas están más en contacto con las corrientes tecnológicas y gerenciales de vanguardia, valoran más la formación y la innovación y son susceptibles de especializar a nuestro territorio en segmentos de su respectiva rama de mayor valor añadido y más intensivas en conocimiento. Además de la meritoria labor llevada a cabo por el ivex, es necesario fomentar la creación de redes de distribución y la inversión externa, inclusión hecha de la externalización estratégica de funciones de bajo valor añadido en el exterior, lo que permitirá mantener la competitividad de nuestros productos y especializarnos en las funciones (gerencial, diseño, investigación y desarrollo tecnológico, logística, comercialización y marketing, finanzas, ingeniería de proceso y de producto, gestión de la información y el conocimiento) de mayor valor añadido y estratégicas y los segmentos de la producción más exigentes en conocimiento.Pero para avanzar sólidamente en el proceso de elevación del conocimiento de nuestros sectores tradicionales, de internacionalización y de compromiso con la formación y con la i+d, es necesario el desarrollo de redes estratégicas en nuestros distritos industriales que apuesten por ello. Y estas redes necesitan lideres que unan vocación de ser campeones sectoriales a nivel internacional y capacidades financieras, comerciales, organizativas, de gestión de información y conocimiento, logísticas, de marketing y de diseño e investigación. Es decir, se trata de apostar por la creación de empresas de relativo gran tamaño.El proceso de creación de campeones empresariales es complejo, requiere la implicación de múltiples actores y ante todo exige un cambio de atmósfera favorable a una nueva visión de la empresa. El cambio generacional en marcha genera un caldo de cultivo más favorable a la implantación de esta nueva visión, pero son necesarios una acción concertada de carácter ideológico que de lugar a una nueva cultura y acciones formales e informales de carácter incentivador y discriminatorio que favorezcan tanto el crecimiento endógeno de empresas con potencial como las fusiones que propicien la creación de organizaciones de mayor tamaño, así como grupos empresariales. Los campeones sectoriales, aunque sean de naturaleza sectorial, son, con mucha probabilidad, el punto de arranque de nuevas actividades competitivas en sectores auxiliares o de nuevo cuño, dada su tendencia natural a la diversificación estratégica. Esta diversificación no sólo es un impulsor del cambio sectorial que la economía valenciana precisa, sino fuente de importantes sinergias derivadas de la interacción y la innovación cruzada de actividades orgánicamente relacionadas por mediación de los grupos empresariales.Pero tal vez lo más importante de contar con campeones sectoriales de ámbito internacional y sólidos grupos empresariales es el “efecto sede” que esto genera. El contar en la comunidad valenciana con los cuarteles generales de empresas importantes, con presencia internacional y capacidad y vocación de expansión hacia nuevos sectores y espacios, comporta un sensible enriquecimiento del tejido económico y social y de los flujos de información estratégica del territorio. Las razones son varias. En primer lugar porque da lugar a un núcleo de directivos de alto nivel que trabajan en el plano de la economía global y tienen acceso a la frontera del conocimiento estratégico. En segundo lugar, porque se alimenta una demanda de servicios, formación e investigación de alto nivel y un clima de excelencia en la comunidad empresarial. En tercer lugar, pero no menos importante, porque permite forjar una red de conexiones internacionales y unos canales de información que mejoran la capacidad de adaptación del sistema productivo y la sociedad regional.En la economía sustentada en el conocimiento los servicios a las empresas constituyen una variable de valor crítico. También en esta dimensión la economía valenciana muestra cierta debilidad. Pero la forma de impulsar este sector estratégico y difusor de innovaciones es actuando tanto por el lado de la demanda como de la oferta. Por el lado de la oferta generando un entorno que propicie el desarrollo del conocimiento y apoye la creación (vía informal) de un núcleo duro de empresas avanzadas valencianas. Por el lado de la demanda fomentado el uso de estos servicios por parte de las empresas y del propio sector público.Como colofón de una estrategia operativa de fomento de la competitividad y desarrollo de la economía sustentada en el conocimiento, se impone un serio compromiso institucional con la informatización de la sociedad valenciana. Una de nuestras principales debilidades en la era de la información es nuestro atraso en la implantación de las tecnologías de la información y acceso a internet, lo que afecta tanto a la sociedad en general como al mundo empresarial. La experiencia de los paises y regiones españolas vanguardistas en la materia, muestra la importancia de la política pública de fomento del uso de las tecnologías de la información tanto en la alfabetización digital de toda la población como en el desarrollo de actividades productoras de bienes y servicios relacionados con las nuevas tecnologías.Pero además de transformar la estructura de la industria dominante, es necesario fomentar el cambio de la base productiva y exportadora de nuestra economía. Aquí existen dos líneas de actuación fundamentales: impulsar el desarrollo de los sectores auxiliares de las actividades dominantes y su internacionalización y fomentar el desarrollo de nuevas actividades con futuro y en las que podamos contar con ciertas ventajas competitivas. El desarrollo de la industria auxiliar, normalmente más intensiva en conocimiento, no sólo supone creación de riqueza, sino incremento de la capacidad competitiva de la industria de cabecera y creación de externalidades en el territorio. Un ejemplo muy ilustrativo de esto es el del sector de esmaltes, fritas y colorantes de la rama cerámica de castellón. Existen sectores emergentes en los que la comunidad valenciana puede desarrollar ventajas competitivas, como lo son las actividades de gestión medioambiental y de producción de tecnología relacionada con el agua, la energía, la conservación del suelo, etc., la biotecnología, la producción multimedia o los servicios socio-sanitarios; actividades todas con un gran potencial de desarrollo futuro y con mercados en expansión. Para ello hay que impulsar no sólo la investigación y la formación, sino empresas valencianas de producción y gestión en estos nuevos sectores, ya que sólo así será posible atraer a esta región las funciones de dirección, organización, investigación y desarrollo tecnológico, marketing, etc. Que son las que crean valor y garantizan la constitución de clusters y empresas con potencial de liderazgo nacional e internacional. La atracción de inversiones de alto valor añadido y personas con altos niveles de formación en la era del tele-trabajo es otra importante opción de diversificación de nuestro sistema productivo. Pero para ello no basta ya con tener una buena accesibilidad y buenas infraestructuras. Es fundamental contar con un ambiente natural, urbano, cultural y de ocio que ofrezca calidad de vida y una sociedad y un gobierno “amables”. Trabajar, pues, por la seguridad, la sostenibilidad medioambiental, la convivencia y el enriquecimiento cultural, contribuye seriamente al desarrollo y mejora de la competitividad de nuestra economía.La creación de un ambiente de calidad implica tanto control medioambiental de las actuaciones con impacto sobre el territorio como la regeneración medioambiental y urbana y el desarrollo de servicios culturales, de ocio y a las personas de mayor nivel. Esta es la base del cambio de producto de que esta necesitada una de nuestras actividades más emblemáticas y señeras, la turística. Es indudable que la situación varia mucho entre el distrito turístico de benidorm, con un producto muy definido y dinámico y un empresariado cualificado, y el resto de la comunidad valenciana. Pero el principio arriba expuesto es aplicable a todo el sector, aunque su concreción varié. La clave está en el desarrollo de un sistema empresarial cualificado que lidere los proyectos de regeneración productiva y las acciones de desestacionalización de la demanda y en una política que de forma sostenible aliente el desarrollo de nuevos nichos de mercado (turismo cultural y de ocio, golf, turismo náutico, turismo rural). Tampoco hay que perder de vista el potencial de atracción de residentes mayores del resto de españa y de europa, aprovechando la bondad de nuestro clima. Como colofón de este proyecto regenerativo es imprescindible un plan de comunicación inteligente (que sepa vender nuestras virtudes y que no genere frustración de expectativas, para lo cual es imprescindible que la oferta se ajuste a las promesas). En el marco de la economía global y del conocimiento todo este proceso no puede hacerse sólo desde el sector público o desde el privado. Es necesaria la interacción cooperativa y creativa de los actores públicos y privados conformando una sólida coalición de desarrollo, aunque su concreción en proyectos y actores sea secuencial, para lo cual es imprescindible el desarrollo de la sociedad civil, la generación de un sistema de decisión pública más participativo y la creación de una cultura que conjugue equilibradamente los comportamientos de competencia y de cooperación, es decir cambiar nuestro modelo de sociedad.